sábado, 28 de julio de 2012

Día 8: "Yo, penca"




3 días seguidos sin ejercicio y el bioritmo marmotil ya se había apoderado de mi otra vez. Pero ya estaba embarcada en esto y había que vestirse no más y entrenar. Con la carita llena de risa.
A las 10 de la mañana llegó el entrenador y no llegó solo. Traía consigo unos aparatos raros, llenos de cuerdas y poleas.  Como yo lo veo, eran sofisticados adminículos destinados a la tortura.
Teo, mi gato estaba aún más intrigado que yo. Seguía minuciosamente cada uno de mis movimientos y cada vez que bajaba sonaba el eco de un tierno miau.
Definitivamente mis peores enemigos son las sentadillas y las flexiones de brazos. Me sorprende la poca conciencia que uno tiene de lo penca que se puede llegar a ser. Y claro, porque una cosa es cumplir o no con los cánones de belleza establecidos, en cuanto a estatura, peso y contornos. Pero otra muy distinta es la cuestión de qué tan preparado está tu cuerpo para sostenerte a ti. Casi una cosa de supervivencia. Veámoslo así: Si yo sufriera un accidente cayendo desde una gran altura, pero tuviera la posibilidad de sobrevivir al quedar colgando de un andamio yo diría que estaría perdida. ¿Por qué? Por penca. Mis manos y brazos no son capaces de soportar mi propio peso. Lo mismo si tuviera que salvar a alguien sujetándolo con mis piernas: penca, penca. Ni si quiera mi cuello es capaz de soportar el peso de mi propia cabeza y se fatiga con frecuencia. Ultra penca. Mi nula capacidad aeróbica no me ayudaría al momento de arrancar de un ladrón, o un perro, ni de mi gato. No puedo parar de ser penca.
Así que tengo una nueva motivación: a las antiguas motivaciones más triviales de adelgazar y perder peso se suma ahora una aún más importante. Quiero dejar de ser penca. Me gustaría que mi cuerpecito de marmota fuera una maquinita bien ajustada. No un Ferrari ni mucho menos, me conformo con un Fito aperrador, que sea capaz de remolcar a otros y que sea capaz de subir un cerro. Superar mis límites y descubrir de que es capaz mi cuerpo me parece una aventura interesante. De lo menos penca que hay.


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